La saga de la aceleración no intencionada de los Toyota parece que llega a su fin. La automovilística japonesa llama ahora a revisión a otros 2,17 millones de sus vehículos en Estados Unidos, que se suman a los 19 millones que desde 2009 tuvieron que pasar por el taller en todo el mundo. Se trata en su mayoría de modelos que no estaban incluidos en la llamada original.
Toyota explica que existe el riesgo de que en esos coches, el pedal de acelerador se quede atrapado por las alfombrillas bajo los pies del conductor. Los modelos afectados son los Lexus RX330, RX350 y RX400h, fabricados entre 2004 y comienzo de 2007, así como los sedán GS300 y GS350. También incluye ahora a los Toyota todoterreno Highlander.
Además, actualiza una anterior llamada a revisión del 4Runner, el RAV4 y el Lexus LX570. La medida responde a una petición de la agencia que regula la seguridad en carretera, en el marco del examen abierto en EE UU al fabricante para aclarar el origen del problema de aceleración. David Strickland, su administrador, dijo que con esta llamada se da por concluida la investigación.
El Departamento de Transporte de EE UU, tras un estudio elaborado por los ingenieros de la Nasa, descartó hace unas semanas que el problema de aceleración de los Toyota se debiera a fallos en su sistema electrónico. De esta manera daba la razón al argumento defendido por la marca japoneses, de que se trataba de un problema de diseño del pedal y de las alfombras.
Para resolver el problema, Toyota llamó a revisión 19,2 millones de vehículos en todo el mundo, de los que 13,7 millones fueron solo en EE UU. La llamada masiva a revisión creó un gran revuelo político en Washington, y forzó a los dirigentes de la compañía a modificar su estructura de control de calidad de los vehículos y lanzar una campaña publicitaria para limpiar su imagen.
Mientras Toyota lidia con el problema del acelerador, la que lo pisa fuerte es General Motors. El gigante de Detroit, que tuvo que pasar hace año y medio por el taller de la suspensión de pagos para reestructurarse, cerró 2010 con un beneficio de 4.670 millones de dólares, de los que 510 millones corresponden al cuatro trimestre. Son las primeras ganancias desde 2004.
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